Según parece hoy hemos conseguido ganar un batalla, no sin antes, como es inevitable en las guerras, con sangre y cadáveres atrás. Cuerpos que ya no estarán, otros que por el momento sí y aunque alguno ha adelantado posiciones. ¿Estrategia o improvisación afortunada? ¿Cómo pasas de ser artista invitado a abanderado en la batalla? ¿En los negocios y en la cama todo está justificado? ¿En el amor y en la guerra todo vale? Todo sea por el Ocho, aquello que acaba y vuelve a empezar porque se va transformando.