Hacía varias semanas que no coincidía con las chicas y ayer nos tocó. Al fin volvemos a disfrutar de las terrazas. El contacto ahí está pero no es lo mismo, no. Ahí estábamos las tres. Sedientas, acaloradas y ya agotadas tras toda la jornada. Pocas cosas hay peor que una mujer aburrida, seguramente una mujer agotada.
Todo empezó por unas imágenes, la nueva imagen de Vivelsexo y otras que habíamos recibido a lo largo del fin de semana, por parte de una que es sorprendente que las envíe. Por un lado teníamos una colección de labios, de los de arriba, con un ano como polizón y otra de un oso. Todo muy anal. Y sin lubricantes.
Son muchos ya los años que compartimos. Por lo que el rol de cada una está bastante claro. Por eso, la sorpresa de la remitente de las imágenes. No podía ser. El tema estaba servido. Anos y la predilección de una de nosotras por temas escatológicos. Aunque nada que ver con el sexo anal, claro. Sin quererlo ni beberlo, en algún nanosegundo alguna visualizó un arnés. Y lanzó la cuestión. ¿Fruto del agotamiento del día? ¿O de la curiosidad?
Qué si se vendía mucho fue la pregunta que desencadenó en qué personas podían comprar uno. Las opciones son varias. Tantas como puedas imaginar. Parejas del mismo sexo, de más de dos personas, con el mismo sexo o haciendo variaciones…
Debatiendo si a todas las lesbianas podría gustarles o no la penetración y la necesidad de la misma, cosa en la que no nos poníamos de acuerdo (ese debate, en otra entrada) la comparación fue simple. Igual que para nosotras puede ser placentera una estimulación anal, para los hombres también. -La expresión de una de nosotras fue increíble.- La interlocutora no lo percibió demasiado y continuó su discurso… Porque a muchos hombres les gusta que les acaricies la zona del perineo y les introduzcas un dedo. ¡Para qué mas! Carusas de susto seguidas de carcajadas.
Las mesas vecinas nos miraban, menos mal que eran extranjeros y poco probable que entendieran algo. Éramos tres con tres opiniones diferentes. Las tres variantes que se defendían fueron:
En conclusión, lo que particularmente me sorprendió fue pensar que sabía bastante sobre los gustos de mis amigas en la cama y resultó que por mucho que sabíamos, eso lo desconocíamos las unas de las otras.
La gran cuestión es, ¿cuántas parejas no se encontrarán con este desconocimiento sobre las ideas del otro porque nunca se lo han planteado abiertamente?. ¿Realmente la que sostiene que ningún hombre le ha pedido que le estimule la zona del perineo o el ano, habrá sido real? ¿O es que al no formar parte de su “imaginario” ni se lo plantea? ¿La que mantiene que muchos de sus chicos si lo han pedido, habrá puesto en una tesitura a alguno otro? Sin duda, todas las respuestas pueden ser afirmativas y negativas. O quedarte en medio. Todo está bien. En la cama todo vale. Siempre y cuando lo consensúes con tu pareja.
Y a los que les recomiendo con vehemencia el uso de un arnés es a todas aquellas chicas que su chico les insiste en la penetración anal, para que ellos lo prueben primero, tal y cómo proponen. Y es que el porno ha hecho mucho daño. Dejémonos llevar por las sensaciones… Por la piel del otro, comunicándonos, con palabras.
¡Mis chicas, gracias por una velada divertidísima!
4 Comments
creo que la practica del sexo anal somos las chicas las que mas recelamos de ellas porque yo ablando con amigas son ellas las que primero dicen que es un orifico de salida, en cambio las veces que yo e hablado con mis amigos chicos es una practica que les encanta, puede que mis amigos tengan una mentalidad mas abierta comparada con mis amigas, pero en realidad creo que somos nosotras las que les ponemos restricción a esta practica tan placentera, pero una cosa que tenemos que tener claro que sino se prueba nunca sabremos sinos gusta, así que seamos totalmente libres de poder hacer lo que nos apetezca y introducir nuevos hábitos en la cama
Como en todo, es necesario tener un buen compañero de batallas. Y en el sexo anal, por desgracia, en muchas ocasiones falta información y paciencia al respecto. Es cuestión de tiempo y mimo, hasta que estamos relajados. Como comentaba en el post, el porno ha hecho mucho daño en este aspecto. Gracias, ¡compañera!
Reblogueó esto en elblogdeldrunko.
Mi pequeña aportación es la siguiente: Mi pareja no puede vivir sin sexo anal, pues sus orgasmos son superiores en intensidad a los vaginales.