Otro de esos días guerreros se ha presentado en mi vida. Y solo es martes. Creo que ha sido desde que me he levantado. Esa cosa que te sube y que te baja pero se queda ahí abajo. Humectante, humedeciendo.
Hay ciertos lugares a los que no puedo resistirme. Es estar ahí y mi imaginación se dispara. Además si lo comparto con él, no hay nada más que decir. El interruptor del “saber estar” colapsa. Eso me sucede en los ascensores. La pasión me invade.
Volvemos con literatura. Historia de O. de Pauline Réage, 1954. Bajo mi punto de vista es una obra excelente. Estoy releyéndola una vez más. Os dejo […]